La Historia de Antonio: Cuando Perdí el Acceso a Mi Propia Casa
Antonio nunca imaginó que un simple conflicto con su hermano por la herencia familiar terminaría con una denuncia por delito de coacciones. Todo comenzó cuando su hermano cambió la cerradura de la casa familiar en Benissa, impidiéndole el acceso a sus pertenencias y a espacios comunes.
"Era mi casa también", me decía Antonio con los ojos húmedos en nuestra primera consulta. "Allí crecimos, allí están los recuerdos de nuestros padres. No entendía cómo había llegado a esto." Las acusaciones eran graves: supuestas amenazas, coacciones e incluso violencia psicológica.
Investigamos a fondo. Revisamos mensajes, testimonios de vecinos, el historial de relaciones familiares. Descubrimos que el hermano había manipulado situaciones y exagerado hechos para quedarse con el control total de la propiedad. El cambio de cerradura era solo la punta del iceberg de una estrategia para forzar a Antonio a renunciar a sus derechos.
El caso fue duro, pero logramos demostrar la verdad. Hoy Antonio tiene acceso garantizado a la vivienda y sus pertenencias. La relación con su hermano sigue fracturada, pero al menos la justicia reconoció su derecho a no ser coaccionado.
Esta historia me recuerda por qué elegí esta especialidad: para defender a quienes, como Antonio, ven vulnerados sus derechos más básicos por conflictos familiares o vecinales que escalan hasta los tribunales.